Salomé Camila Henríquez
Ureña (1894-1973): Un Legado Intelectual Perdurarte
Por. Marcos Marte
Salomé Camila Henríquez
Ureña, una figura emblemática en el panorama intelectual del siglo XX en
Latinoamérica y el Caribe, dejó un legado que trasciende fronteras y
generaciones. Nacida en Santo Domingo en 1894, esta destacada escritora,
educadora y humanista dominicana, nacionalizada cubana, marcó un hito en la
historia cultural de la región.
Hija de los reconocidos
intelectuales Francisco Henríquez y Carvajal y Salomé Ureña de Henríquez, desde
temprana edad, Salomé Camila demostró un talento excepcional. A los nueve años,
se trasladó con su familia a Cuba, donde iniciaría una trayectoria académica y
profesional que la llevaría a destacarse a nivel internacional.
Henríquez Ureña obtuvo su
doctorado en Filosofía, Letras y Educación en la prestigiosa Universidad de La
Habana en 1917. No contenta con ello, continuó sus estudios en las
universidades de Minnesota y Columbia en Estados Unidos, consolidando así una
formación integral que influiría profundamente en su obra y pensamiento.
Su carrera académica y su
compromiso con la educación la llevaron a ocupar diversos roles de relevancia.
Desde su labor como editora del Fondo de Cultura Económica de México entre 1946
y 1947, hasta su papel como asesora técnica del Ministerio de Educación de Cuba
entre 1960 y 1962, Henríquez Ureña dejó una marca indeleble en la promoción de
la cultura y el conocimiento.
Como catedrática en el
departamento de Lenguas y Literaturas Hispánicas de la Universidad de La Habana
y en Vassar College en Estados Unidos, compartió su profundo conocimiento y
pasión por las letras, influenciando a varias generaciones de estudiantes y
académicos.
Pero su legado va más
allá de sus contribuciones académicas. Henríquez Ureña se destacó como una
crítica literaria aguda y una conferencista elocuente, abogando siempre por la
integración de la mujer en el ámbito intelectual. En Cuba, presidió la Sociedad
Femenina y fue fundadora de la Institución Hispano Cubana de Cultura,
demostrando su compromiso con la igualdad de género y el acceso universal a la
educación y la cultura.
La Universidad de Santo
Domingo reconoció su vasta contribución otorgándole el título de Profesora
Honoraria, un testimonio del respeto y la admiración que inspiraba en su país
natal.
El 12 de septiembre de
1973, Salomé Camila Henríquez Ureña dejó este mundo, pero su legado perdura en
las mentes y corazones de aquellos que valoran el conocimiento, la educación y
la búsqueda incansable de la verdad. Su vida y obra continúan siendo una fuente
de inspiración para las generaciones venideras, recordándonos el poder
transformador del pensamiento y la cultura en la construcción de un mundo más
justo y equitativo.