jueves, 31 de octubre de 2024

La Rebelión de los Esclavos de Boca de Nigua.

 


La Rebelión de los Esclavos de Boca de Nigua: 1796, El Grito Libertario que Sacudió la Isla

Por. Marcos Marte  

La historia de la rebelión de los esclavos de Boca de Nigua en 1796 es una de valentía, resistencia y lucha por la libertad. Este alzamiento, ocurrido en la parte española de la isla de Santo Domingo, es un símbolo de la lucha por la dignidad y los derechos de los esclavos africanos en el Caribe y América. Inspirados por los ideales de libertad que emanaban de Haití tras la Revolución Haitiana, cerca de doscientos esclavos en el ingenio azucarero de Boca de Nigua decidieron tomar su destino en sus manos y enfrentar a sus opresores.

Este movimiento se desarrolló bajo la administración de Juan Bautista de Oyazabal, representante del noble español Duque de Aranda, dueño del ingenio. Los esclavos de Boca de Nigua, cansados de las brutales condiciones y de la opresión a la que eran sometidos diariamente, se organizaron y alzaron en una rebelión que, aunque sofocada rápidamente, dejó profundas huellas en la historia de la lucha por la abolición de la esclavitud en el Caribe.

Contexto y Causas de la Rebelión

La sublevación de Boca de Nigua fue motivada por las ideas libertarias y el clima revolucionario que empezaba a calar en la región debido a la Revolución Haitiana, que para 1796 había conseguido significativos avances. En el vecino Saint-Domingue (Haití), los esclavos habían alcanzado la libertad tras años de lucha, y su ejemplo inspiró a otros en la región, incluyendo a los esclavos de la parte española de la isla, quienes anhelaban el mismo destino.

Bajo condiciones inhumanas de trabajo, estos esclavos enfrentaban un régimen brutal en los ingenios azucareros, sometidos a largas jornadas, alimentación insuficiente, castigos físicos constantes y una vida carente de cualquier tipo de libertad. La rebelión fue el grito de resistencia de estos hombres y mujeres que, aún bajo el dominio español, buscaban justicia y dignidad.

Desarrollo de la Rebelión: Un Grito de Libertad

La rebelión estalló con fuerza en el ingenio de Boca de Nigua. Los esclavos se armaron con lo que pudieron y atacaron las propiedades y símbolos del poder esclavista, como las plantaciones, los cañaverales y las viviendas de los amos. En un acto simbólico de justicia, ajusticiaron a dos mayorales, quienes habían sido agentes de su opresión. Uno fue ahogado en una pipa de aguardiente, mientras que el otro fue sometido a los mismos azotes que solía impartir sobre los esclavos. Este acto reflejó el deseo de los rebeldes de romper con la brutalidad y el sometimiento, al mismo tiempo que devolvían el trato cruel que habían recibido durante años.

El poderío militar español, sin embargo, no tardó en reaccionar. Oyazabal, al ver que no podía controlar la situación, solicitó ayuda al gobernador de la isla, Joaquín García, quien rápidamente movilizó una fuerza armada. Este ejército, equipado con armas sofisticadas y artillería pesada, se enfrentó a los esclavos en una serie de violentos combates. Aunque los esclavos lucharon con determinación y lograron resistir inicialmente, finalmente fueron superados por la fuerza y tecnología militar de los españoles. Los rebeldes sobrevivientes fueron perseguidos y capturados en los días siguientes.

Represión y Consecuencias

Las represalias contra los rebeldes fueron extremadamente severas y buscaban enviar un mensaje claro a cualquiera que intentara alzarse contra el sistema esclavista. De los esclavos capturados, siete fueron asesinados durante la revuelta y sesenta y nueve fueron apresados. Un mes después, los líderes de la rebelión fueron juzgados y condenados a la horca, tras lo cual sus cuerpos fueron descuartizados y sus partes exhibidas en la ciudad amurallada de Santo Domingo como advertencia para futuros intentos de insurrección. Otros cincuenta fueron castigados con cien azotes en la picota pública y condenados a trabajos forzados en el ingenio de Boca de Nigua. Adicionalmente, cinco esclavos fueron desterrados y enviados a presidios en Panamá, La Habana, Cartagena y Veracruz.

A pesar de la brutal represión, el levantamiento de Boca de Nigua dejó un legado duradero. Si bien la rebelión no logró su objetivo inmediato de libertad, sí debilitó la estructura de la esclavitud en Santo Domingo. Los ideales libertarios y el espíritu de resistencia se expandieron a otros ingenios y plantaciones, alimentando el deseo de libertad entre los esclavos de toda la isla.

Impacto en la Lucha Contra la Esclavitud

Cuatro años después, en 1800, Toussaint Louverture, líder de la Revolución Haitiana, entró en Santo Domingo y abolió oficialmente la esclavitud. Aunque la medida no se mantuvo de forma continua en el tiempo, la entrada de Louverture marcó el principio del fin de la esclavitud en la isla. La rebelión de Boca de Nigua, en este contexto, puede considerarse un precursor de esta abolición y una manifestación temprana de la lucha por los derechos humanos en el Caribe.

La insurrección de Boca de Nigua también dejó enseñanzas importantes sobre el papel de la resistencia organizada y el poder del deseo de libertad entre los pueblos oprimidos. Los rebeldes de Nigua, al igual que otros que lucharían en el futuro, demostraron que la humanidad y el anhelo de justicia no podían ser sofocados, incluso en condiciones de extrema represión.

Conclusión: Un Legado de Valentía y Resistencia

La rebelión de los esclavos de Boca de Nigua en 1796 es recordada hoy como un símbolo de resistencia y dignidad humana. Fue una chispa en el camino hacia la emancipación de los esclavos en Santo Domingo y en el Caribe, que dejó en evidencia la insostenibilidad del sistema esclavista y la fortaleza del deseo de libertad entre los pueblos afrodescendientes.

En la historia de la lucha contra la esclavitud, Boca de Nigua representa un episodio clave que muestra la capacidad de organización y la valentía de aquellos que, aunque oprimidos, se levantaron en armas para reclamar lo que les pertenecía por derecho: su libertad y dignidad. La memoria de esta rebelión es un recordatorio constante de los sacrificios y esfuerzos realizados en la búsqueda de justicia, y del valor de cada individuo en la lucha por los derechos humanos.

 

 

lunes, 28 de octubre de 2024

Prudencia Lluberes Álvarez: La Eterna Novia de Juan Pablo Duarte y Guardiana de su Memoria

 

Por. Marcos Marte 

Prudencia Lluberes Álvarez: La Eterna Novia de Juan Pablo Duarte y Guardiana de su Memoria

Prudencia Lluberes Álvarez, mejor conocida como La Nona, nació en 1821 en la República Dominicana y falleció el 7 de diciembre de 1893. Su vida, que coincidió con los primeros años de la independencia dominicana, se entrelazó con la historia de uno de los fundadores de la patria, Juan Pablo Duarte, convirtiéndose en un símbolo de devoción y lealtad a la causa independentista.

Romance y Compromiso con Duarte

La historia de Lluberes Álvarez es notable por su relación con Juan Pablo Duarte, de quien es recordada como su "segunda novia". Aunque nunca llegaron a casarse, La Nona permaneció soltera durante toda su vida, rindiendo un homenaje perpetuo a la memoria de Duarte. Su lealtad hacia él y la causa que ambos compartieron era conocida y respetada en la sociedad dominicana. La familia conservó el anillo de compromiso de esmeralda verde que Duarte le regaló, como testimonio de su amor y promesa.

Una Vida Dedicada a la Patria

La Nona no solo fue cercana al prócer sino también hermana del general Félix Mariano Lluberes, un destacado independentista que luchó por la libertad dominicana. Además, su linaje incluía a figuras prominentes en la política y la lucha independentista, como su primo hermano Manuel de Regla Mota Álvarez, presidente de la República en 1856. Esta herencia de compromiso y devoción a la patria influyó profundamente en su vida y su papel dentro de la sociedad dominicana.

Testimonios y Legado

Los historiadores Alcides y Leónidas García Lluberes, hijos de José Gabriel García y Juana Remigia Lluberes Contreras, confirmaron que la familia conservaba el anillo de compromiso de Duarte y Prudencia como símbolo de este amor nunca consumado y de la lealtad de La Nona a la memoria de Duarte. Esta pieza histórica, más que una simple joya, representa el compromiso y la promesa de una unión destinada a permanecer en la historia de la independencia dominicana.

Prudencia Lluberes Álvarez falleció en 1893, dejando un legado de devoción y entrega a los ideales patrios y al recuerdo de Juan Pablo Duarte. Su vida es recordada como un testimonio de amor a su país y al hombre que ayudó a forjar su independencia.

San José de los Llanos: El Pueblo que Celebra la Independencia un Día Antes en República Dominicana

 

Por. Marcos Marte 

San José de los Llanos: El Pueblo que Celebra la Independencia un Día Antes en República Dominicana

En la República Dominicana, el 27 de febrero es reconocido como el día de la independencia nacional. Sin embargo, existe un pueblo en el país que conmemora este acontecimiento un día antes: el 26 de febrero. Se trata de San José de los Llanos, ubicado en la provincia de San Pedro de Macorís, un lugar que guarda una historia de heroísmo, resistencia y patriotismo enraizado en los inicios de la independencia dominicana.

La historia de este adelantado tributo a la libertad se remonta al 26 de febrero de 1844, cuando Vicente Celestino Duarte, hermano de Juan Pablo Duarte —uno de los Padres de la Patria dominicana—, lideró un movimiento independentista en San José de los Llanos. Aquel día, los habitantes de esta comunidad, inspirados por el ideario trinitario y por el deseo de emanciparse del dominio haitiano, declararon la independencia nacional un día antes del famoso "trabucazo" que marcó la liberación en Santo Domingo el 27 de febrero.

Vicente Celestino Duarte, quien vivía en San José de los Llanos donde tenía una finca de maderas preciosas, había fundado una filial de la sociedad secreta La Trinitaria en la localidad. Esta organización, que Juan Pablo Duarte y otros patriotas habían formado en 1838 para promover la causa independentista, encontró en Vicente Celestino un líder comprometido y estratégico en San José de los Llanos. La comunidad, apodada "La Viruela de los Llanos" por Juan Pablo Duarte debido a su espíritu resistente, fue elegida como punto clave para el inicio de la insurrección.

El cañón que aún se puede ver en la plaza del pueblo fue disparado por primera vez el 26 de febrero de 1844, anunciando la independencia en San José de los Llanos. Este evento fue ejecutado por orden del General Bernabé Sandoval, con el apoyo de líderes locales como Juan Ramírez y los hermanos Santana. En simultáneo, la localidad de El Seibo también se sumó a la declaración de independencia en una clara muestra de la unión y coordinación entre los pueblos del Este.

Luego de la proclamación en San José de los Llanos, una expedición partió a caballo hacia Santo Domingo para informar sobre el éxito de la proclamación y fortalecer el movimiento independentista que culminaría el día siguiente. Desde entonces, el pueblo de San José de los Llanos mantiene viva esta tradición, celebrando la independencia cada 26 de febrero en honor a sus propios héroes y su lugar especial en la historia de la República Dominicana.

Esta celebración anticipada de la independencia es una muestra de la valentía y la determinación de la gente de San José de los Llanos, quienes, liderados por Vicente Celestino Duarte y otros patriotas, contribuyeron con un paso esencial en la liberación del pueblo dominicano.

martes, 22 de octubre de 2024

Carta del Presidente Juan Bosch al pueblo

 



Carta del Presidente Juan Bosch al pueblo dominicano después del Golpe de Estado de 1963

  • Al Pueblo Dominicano:

Ni vivos ni muertos, ni en el poder ni en la calle se logrará de nosotros que cambiemos nuestra conducta. Nos hemos opuesto y nos opondremos siempre a los privilegios, al robo, a la persecución, a la tortura.

Creemos en la libertad, en la dignidad y en el derecho del pueblo dominicano a vivir y a desarrollar su democracia con libertades humanas pero también con justicia social.

En siete meses de gobierno no hemos derramado una gota de sangre ni hemos ordenado una tortura ni hemos aceptado que un centavo del pueblo fuera a parar a manos de ladrones.

Hemos permitido toda clase de libertades y hemos tolerado toda clase de insultos, porque la democracia debe ser tolerante; pero no hemos tolerado persecuciones ni crímenes ni torturas ni huelgas ilegales ni robos porque la democracia respeta al ser humano y exige que se respete el orden público y demanda honestidad.

Los hombres pueden caer, pero los principios no. Nosotros podemos caer, pero el pueblo no debe permitir que caiga la dignidad democrática.

La democracia es un bien del pueblo y a él le toca defenderla. Mientras tanto, aquí estamos, dispuestos a seguir la voluntad del pueblo.

Juan Bosch

Palacio Nacional,

26 de septiembre, 1963.