Una Evaluación de Desempeño sin Principio ni Final
Por Profesor Marcos Marte
El panorama educativo dominicano enfrenta un
cruce de caminos entre la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y el
Ministerio de Educación (MINERD) en torno a la evaluación del desempeño
docente. Este proceso, esencial para garantizar la calidad educativa, está
plagado de inconsistencias que ponen en jaque su transparencia y eficacia.
Las Escalas de Calificaciones: Una Brecha por
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Una de las principales discrepancias radica en la escala de calificaciones. Mientras que el MINERD establece una calificación mínima de 70%, la ADP aboga por un 60%. Esta diferencia genera tensión y confusión entre los actores del sistema educativo. Además, se suma una mala interpretación del propósito del concurso de oposición y la evaluación de desempeño, dos procesos que deberían complementarse, pero que a menudo se tratan como uno solo.
La Ley de Funciones Públicas y sus reglamentos
establecen criterios claros en su Artículo 6 sobre la evaluación del desempeño
de los funcionarios. Entre sus objetivos están:
- Determinar la calidad del trabajo y proponer mejoras.
- Identificar necesidades de formación y desarrollo.
- Evaluar la calidad del trabajo para establecer mecanismos de mejora.
- Otorgar incentivos económicos, académicos y morales.
Estos principios, aunque claros, se enfrentan a
dificultades operativas y financieras en su implementación.
Falencias Técnicas y de Infraestructura
Un ejemplo palpable de estas dificultades fue la
evaluación 2017-2018, que careció de objetividad debido a problemas técnicos y
logísticos. El sistema electrónico del MINERD falló en clasificar y acumular
las calificaciones de manera precisa, llevando a que el proceso se realizara
manualmente. Esto no solo incrementó los errores, sino también minó la
confianza en el sistema.
La Urgencia de una Auditoría Integral
El actual sistema requiere una auditoría
exhaustiva que abarque más de 100,000 docentes, técnicos, administrativos y
otros actores del sistema educativo. Es vital que se identifiquen
irregularidades, como casos de personas que figuran en una escuela, pero
laboran en otra, para restaurar la credibilidad del proceso.
Recursos y Planificación: Un Obstáculo Económico
Otro punto crítico es la falta de recursos. Los
fondos necesarios para la evaluación de desempeño no están contemplados en el
presupuesto del año actual, lo que aplaza el proceso hasta 2026. Esta
postergación evidencia una falta de planificación y compromiso hacia un sistema
educativo eficiente y transparente.