lunes, 8 de abril de 2019

EL JOVEN DEL FUTURO


EL JOVEN DEL FUTURO
                                                         Profesor: Marcos Marte                              
           
  Los cambio del mundo no solo afectado la economía sino también a la sociedad especialmente a los jóvenes de hoy que se encuentra inmenso en unos cambio profundo y de negación de los valores universales de nuestra formación ética, moral y cristiana que es alarmante.  

La música aparatosa del “reggaeton, el Rap” y el “amargue bachatero” han desplazado el armonioso “merengue” y la melodía criolla”. La cultura de otra naciones como los aretes, el interne (facebook) los celulares, Jean y los tenis entre otros han suplantado nuestros atuendos tropicales y educación familiar.
Mas se conoce de sobre Camila, Daddy Yankee, Don Omar y Shakira que de  Juan Pablo Duarte, Beata Rafaela Ybarra o Gregorio Luperón ¿Qué estamos haciendo para evitarlo? Muy poco o nada. Por el contrario, les estamos ofreciendo un país donde  hay más discoteca y cormadones que escuela; más punto de droga que aula; más prostíbulo que hospitales; más moteles que bibliotecas.
Les estamos brindando un patrimonio que se rompe en mil pedazos en cada sorteo del loto y en la banca de apuesta donde hay las traga monedas. Donde la felicidad tiene el aliento a cerveza y a drogas de un punto cualquiera y donde la esperanza esta puesta en la quilla de una yola que saldrá una noche sin luna desde Michelle Higey para seguir un sueño frustrado u oscuro y sin sentido. Al ojo común del ser humano espléndido.

Ante esa Panorámica, tenemos que hacer que las cosas empiecen a cambiar, y cambiar hacia lo mejor. Nos podemos tratar de "Todo mundo piensa en dejar un planeta mejor para nuestros hijos... 
Cuando lo que debería pensar es en dejar Mejores Hijos para el  Planeta."


Debemos brindar a nuestros jóvenes otras alternativas y educarlos para que las acepten complacidos. Entiendo, como plantea Marañón: “si queréis que la juventud sea sensata, es que no queréis que haya jóvenes… ¡No!, no pretendo a que “domestiquemos” nuestras jóvenes. A lo que pretendo es a que ayudemos a canalizar sus rebeldías, sus energías, sus inquietudes, por cauces y sinuosidades que contribuyan, no a destruir, sino a fortificar el área moral de la república.

¡Necesitamos comenzar ya!
Un hijo aprende del respeto y la honra dentro de casa,
donde recibe el ejemplo de su familia,
así aprende a vivir en su país, a convivir en sociedad
y se vuelve un adulto comprometido en todos los aspectos,
inclusive en respetar el planeta donde vive...

Recopilación por: Marcos Marte
                                                                                                  La Vega septiembre 2010


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