LA DOMINACION HAITIANA
1822-1844
Profesor. Marcos Marte
Reporte de lectura
La cuarta edición de La Dominación Haitiana 1822-1844 del
reconocido historiador dominicano Frank Moya Pons.
Convertida en un clásico desde su primera edición en 1972,
esta obra narra las causas que movieron al presidente de Haití Jean Pierre
Boyer a invadir el territorio este de la isla, entonces colonia española, en
1822, así como lo hechos que motivaron a los dominicanos a buscar las separación
de Haití y lograr su independencia en 1844.
Esta nueva edición mantiene el mismo texto que las tres
ediciones anteriores y un apéndice conteniendo las estadísticas de producción
de ambas partes de la isla. En su prefacio, el autor menciona que han pasado 40
años desde que apareció esta obra por
primera vez, y 35 desde la publicación de la tercera y última.
El presente informe cubre el trabajo realizado
por el historiador dominicano Frank Moya Pons, en su obra La Dominación
Haitiana 1822-1844, se abarcan sólo los primeros cuatro capítulos de esta
tercera edición en los que figuran: a) La Invasión de Boyer (1820-1822); b) La
Cuestión de la Tierra (1822-1825); c) Deuda Pública, Crisis Económica y
Oposición Política (1826-1834); d) La Caída de Boyer: Conspiración y Reforma
(1834-1843).
I._ La Invasión de
Boyer (1820-1822)
En este capítulo el autor relata cómo logra el presidente haitiano de ese momento, Jean Pierre Boyer, colocarse al frente del gobierno dominicano, unificando las dos islas, Haití y Santo Domingo, alcanzando este manifiesto sin oposición alguna debido a las circunstancias permitan que le brindaron esta oportunidad.
Enumera los antecedentes o causas que conllevaron a la invasión, de forma explícita y detallada; las que fueron: La falta de tierras para la producción de productos de exportación; la cuestión de repartir tierras a funcionarios de Cristóbal, que habían perdido sus propiedades tras su deceso; indivisibilidad de la isla; las pretensiones de sectores de la parte Oriental de la isla de unir a la Gran Colombia, dirigida por Simón Bolívar, encabezada por José Núñez de Cáceres; temor (por parte de Haití) a una invasión extranjera, por los franceses. Esta última, según relata el autor, fue la razón para justificar la importancia de la unidad de las dos islas para evitar volver a manos de los franceses, por el temor de que se implantara el sistema esclavista, que representaban los franceses, que fueron derrotados en el 1802, dando como resultado la independencia haitiana.
II._ La cuestión de la tierra 1822- 1825.
El 9 de febrero de 1822, Jean Pierre
Boyer proclamó a Santo Domingo como territorio haitiano y en ese momento no
hubo una fuerza social capaz de resistir a los invasores. A pesar de varios
intentos, José Núñez de Cáceres no pudo Convocar suficientes ciudadanos para formar al menos un ejército improvisado con que
defender la soberanía.
Las medidas agrarias de Boyer lo que hicieron
fue precipitar y profundizar un proceso que se estaba desarrollando desde hacía
mucho tiempo, que era la formación del campesinado propietario como sector
social fundamental del país.
Las
medidas de Boyer no fueron extremadamente revolucionarias en la parte española
en la medida en que gran parte de la población tenía acceso a la tierra, pero sí
fueron suficientemente revolucionarias en la medida en que implicaban la plena
propiedad del campesino y la erradicación de los lazos de dependencia personal
y económica frente a la clase dominante de parte de los esclavos, los libertos
y los campesinos en general. 0sea, a partir de Boyer la tierra dejó de ser un
monopolio de la clase dominante para aprovechar el plus producto generado por
los productores directos, fueran libres o esclavos.
Esto
implica que los cambios socio-económicos producidos con la ocupación haitiana
fueron mucho más allá de la abolición de la esclavitud (contrariamente a lo
que dice la historiografía tradicional que considera como la única medida
innovadora de Boyer la abolición de la esclavitud), creando las bases del
sistema agrario que todavía en nuestros días mantiene gran importancia.
El
sistema agrícola que implantó Boyer en el país se basaba en el que años antes
había introducido el presidente Pétion en Sur de Haití, el cual consistía en
la repartición en plena propiedad de las tierras a los campesinos. Claro que
hubo diferencias sustanciales entre Haití y Santo Domingo como es el hecho de
que en Haití ese sistema sirvió para darle base económica a la minoría de
funcionarios y de altos oficiales, mientras en la antigua parte española se
aplicó con un criterio bastante igualitarista, exclusivamente a cultivadores
pequeños. A la larga, mientras este sistema en Haití supuso la total
erradicación de las plantaciones y preparó las bases desde muy pronto del minifundismo
que aislaba al campesino del mercado, en la parte española esa repartición de
tierras se hizo sobre propiedades más grandes porque había más recursos de
tierras vírgenes y dinamizó el auge de la producción agrícola, principalmente
la destinada al mercado.
Juan
Bosch afirma que Boyer ocupó la Parte Española
de la isla por la necesidad que tenía de repartir tierras entre sus oficiales, ya que en
Haití carecía de ellas. La primera medida del gobernante haitiano fue abolir la
esclavitud, después puso en vigor un Código Rural por el cual los dueños de las
tierras tenían que hacer contratos con los trabajadores, quienes no podían
salir sin el permiso de los propietarios. Sin embargo, su medida más negativa
fue que bajo el pretexto de una ley del 8 de julio de 1824 sustrajo tierras a
los hateros y finqueros.
Según ese autor, la manifestación de las
verdaderas intenciones de Boyer surgió en el mismo momento en que tierras de
los grandes propietarios pasaron a manos de los jefes de Haití, cuando los sacerdotes perdieron sus rentas y la propiedad
de sus casas, conventos y monasterios.
III.- Deuda Pública,
Crisis Económica y Oposición Política (1826-1834).
Por otra parte la obligación de la Ordenanza de
1825 el estado Haitiano tomo una decisión que traería graves consecuencia; en
su afán por lograr el reconocimiento de Francia, y de esta manera asegurar su
independencia, acepto pagarle 150 millones de francos. Esta suma debía ser
pagada en cinco años. Haití no tenía los recurso para llevar a cabo loa pagos. Para
tratar de solventar la deuda, Boyer tomo dos medidas:
-El establecimiento de un impuesto extraordinario a la
parte Este.
-La aplicación de un Código Rural para reactivar la
producción agrícola.
Por esta razón no se hizo esperar el disgusto y en
la parte Este la primera persona que protesto fue el general Borgella,
comandante de Santo Domingo, “sin calcular- dice Ardouin-, lo que la autoridad
de su palabra podía tener de influencia sobre el espíritu público” sin embargo
no cabe duda que el general Borgella siempre demostró ser fiel a Boyer mientras
este era gobernador en Santo Domingo.
Pero los conspiradores de este complot era para derrocar a Boyer y colocar en
su lugar Borgella que contaba con mucho prestigio y
poder de la isla. Esta conspiración fue descubierta y los cabecillas fueron
juzgados y ejecutado.
Esto no quedo aquí muy pronto se hizo esperar
presente el disgusto de los dominicanos, el arzobispo pedro Valera se negó a
recibir sueldos del tesoro de la república y considerarse ciudadano haitiano,
declarándole al presidente Boyer que era súbdito del rey de España.
Por esta razón desde el inicio de la dominación
haitiana el descontento dominicano se manifestó. En 1824, los sectores hateros,
encabezados por el cura Pedro Gonzales, llevaron a cabo la llamada conspiración
de los alcarrizos, con la que pretendían establecer el dominio español. A
medida que se acentuaba la crisis y el gobierno de Boyer se hacía más
autoritario, el descontento de los dominicanos iba en aumento. El intento de
hacerlos pagar el impuesto. Para la deuda con Francia, cuando la mayoría sentía
que este solo debía ser pagado por los haitianos, genero gran resistencia
malestar.
De igual
manera Boyer en su unificación nunca tomo en cuenta las diferencias que existen
entre dominicano y haitiano. Tan
pronto dio fin a las conspiraciones, Boyer decidió romper con el aislamiento
diplomático y con el bloqueo y el bloqueo comercial que venían aplicando las
grandes potencias contra la joven Republica de Haití.
El
fracaso del Código Rural y la crisis ya francamente progresiva de la economía
haitiana en los años 30 hizo aparecer entre la clase dominante haitiana y
ciertas capas medias de la población una oposición liberal al régimen de
Boyer. Esta oposición se nucleó en torno a la Cámara de Diputados que era el
único organismo producto de elección popular indirecta ya que el Senado era
nombrado por medio de ternas enviadas por el presidente y el presidente era nombrado
por el Senado, con lo que se completaba un círculo vicioso que garantizaba la
perpetuación del régimen dictatorial de Boyer.
Por
otra parte, el presidente tenía pleno poder para designar a los principales
funcionarios del Estado. La Cámara de Representantes, no obstante ser el
organismo de elección popular, tenía poderes legislativos mucho más reducidos
que los del Senado y por esto, a pesar de la oposición que se cre6 en ella
Boyer pudo seguir gobernando imperturbablemente. En cada nueva legislatura la
oposición lograba una mayor representación en la Cámara y su pugna con las
medidas de Boyer se hacía más radical, Invariablemente Boyer lograba la
expulsión anticonstitucional de los diputados opositores
Por esta razón la cámara de
Diputados tenía fuertes y violentos debates políticos con Boyer a partir de
agosto de 1833 cuando expulso de la cámara de diputados a dos miembros de la
oposición.
IV._
La caída de Boyer 1834-1843
El 16 de julio de 1838 Juan Pablo
Duarte fundó la sociedad secreta “La Trinitaria” con intenciones de
independizar el país. Los primeros miembros fueron Juan Isidro Pérez, Pedro
Alejandro Pina, Jacinto de la Concha, Félix María Ruiz, José María Serra,
Benito González, Felipe Alfau, Juan Nepomuceno Ravelo, y Juan Pablo Duarte.
Esta asociación incluía el lema “Dios Padre Libertad”. 3) La filantrópica;
agrupación creada por los trinitarios con el fin de presentar obras de teatro y
piezas musicales con la intención de despertar un espíritu crítico en la
población hacia la ocupación haitiana.
Puestos en contacto los
conspiradores de la Reforma Haitiana con los conspiradores de la Separación
Dominicana, se inició el plan para derrocar a Boyer, quien llevaba 25 años como
gobernante de Haití, y 21 años gobernando a los dominicanos. La revuelta
militar se inició en Praslin, una finca perteneciente a Charles Herard, quien
contaba con el apoyo de hombres experimentados en asuntos públicos y con
algunos de los cuales se formaría un gobierno provisional. El derrocamiento de
Boyer se produjo en marzo de 1843, después de algunos choques armados.
Se creó además un
ambiente de tensiones, de denuncias, de sospechas. La posición de los
autonomistas originó debates entre dominicanos y haitianos. Estos últimos
comenzaron a evidenciar que la unidad insular estaba en peligro. Para mediados
de 1843, no sólo la agita-ción separatista publicaba todo tipo de documentación
anti haitiana, sino que inclusive muchos trinitarios salieron triunfadores en
las elecciones municipales, y trabajaban abiertamente contra la dominación que
llevaba casi 22 años. La movilidad de los separatistas y en especial la de los
Trinitarios le fue denunciada a Herard, quien decidió supervisar la zona
dominicana, y quien al Ilegal a Dajabón descubrió que pese a los esfuerzos del
predominio haitiano, los habitantes del Este seguían manteniendo su idioma y
sus costumbres. En Santiago se inició la persecución de los Separatistas con el
arresto de numerosos patriotas. Después continuó en Macorís y Cotuí donde Ramón
Mella fue hecho prisionero.
El 16 de
julio de 1838. La sociedad quedó instalada en casa de Juan
Isidro Pérez, la cual estaba localizada frente a la Iglesia del Carmen; su
propósito era separar la parte oriental de la Isla Española de la
República de Haití y crear en ella un estado libre y soberano. Los ideales de
los trini-tarios se basaban en la doctrina cristiana y en ideas de
igualdad traídas por su fundador desde Europa.
Predicaban que en el nuevo
estado las únicas diferencias que serían aceptadas entre los
hombres, serían las que derivan de las virtudes y los talentos; relegando así
las injusticias históricas a un doloroso pasado que sólo perduraría
en el recuerdo. Con el fin de recolectar fondos para la causa emancipadora y de
crear espíritu público, los Trinitarios crearon la Sociedad Dramática “La
Filantrópica”. Esta sociedad montaban obras teatrales alusivas que
de algún modo resultaban aplicables a los opresores, así se esparció por todo
el país la idea de la Independencia.
En marzo de 1843 el Movimiento La Reforma,
liderado por el general Charles Herard, dio término al gobierno de Boyer quien
llevaba 25 años gobernando la República de Haití y 21 años a los Dominicanos,
acontecimiento que aprovecharon los patriotas para acelerar los preparativos de
la independencia.
La información filtrada de labios de apátridas
llegó a oídos del presidente Herard, quien se apersonó en la ciudad de Santo
Domingo e inició una tenaz persecución en contra de los revolucionarios; siendo
arrestado para luego ser liberado Matías Ramón Mella Castillo. El líder
del movimiento Juan Pablo Duarte se vio forzado a partir en una goleta
rumbo a Saint Thomas, razón que le impidió asistir a la noche de la
Independencia, quedando el grupo bajo el liderazgo de Francisco del Rosario
Sánchez.
V._ El Fin de la Dominación Haitiana 1843-1844
Después de algunos combates
importantes en la zona sur de Haití a inicios de 1843, el movimiento de la
Reforma aplastó toda la resistencia de las fuerzas del régimen de Boyer. Se
estableció en Portau-Prince un gobierno provisional bajo la dirección del jefe
militar de la Reforma, Charles Hérard (Riviere). El gobierno de la Reforma
representaba a los diversos sectores que se opusieron en los últimos tiempos
al régimen de Boyer pero tuvo que respetar gran parte de la maquinaria política
y sobre todo militar del régimen caído por lo cual en Haití se inició un
proceso de crisis política aguda.
Las fuerzas enemigas del nuevo
régimen eran muy poderosas, las principales de las cuales residían en la
oposición del grupo de raza negra de la clase dominante haitiana al predominio
del grupo de los mulatos (que se había incluso fortalecido con la caída de
Boyer), las aspiraciones autonomistas en el Norte (entre partidarios del antiguo
rey Christophe), entre los partidarios del derrocado presidente Boyer dentro y
fuera del gobierno y por último en una oposición de sectores liberales que
inicialmente apoyaron a Hérard pero que se distanciaron de él al adoptar éste
formas despóticas de gobierno similares a las de Boyer. En este marco de
crisis política e institucional del Estado Haitiano los dominicanos se
plantearon la posibilidad de la independencia en tal forma patente que Hérard
tuvo que abandonar los asuntos haitianos por un tiempo para marchar con una
tropa de varios miles de hombres en un desfile intimidatorio por las
principales regiones dominicanas a mediados de 1843.
En la marcha por la parte Este,
Hérard se dedicó a arrestar a los principales sospechosos de conspirar para la
independencia dominicana. En las ciudades de Santiago. , Macorís y Cotuí
procedió al arresto de importantes activistas, conservadores y liberales, de
la causa de la independencia.
En Santo Domingo la persecución
estuvo todavía mucho mejor orientada ya que el grupo decisivo en la lucha por
la independencia, que eran los trinitarios, era bien conocido por Hérard por el
hecho de haber tornado activa participación en el movimiento de la Reforma así
como por llevar una propaganda bastante abierta en los tiempos más recientes,
la que tuvo por punto culminante las elecciones municipales de Santo Domingo
que fueron ganadas por los trinitarios contra los conservadores dominicanos y
contra el grupo de liberales haitianos. Por eso, desde que las tropas de Hérard
se aproximaron los líderes trinitarios r>procedieron a ocultarse y aun así
con posterioridad se produjeron numerosos arrestos.
Con
su llegada a la ciudad de Santo Domingo Hérard procedió a disolver la Junta
Municipal y a desarticular la oposición activa al dominio haitiano. Después de
unos días de estadía juzgó que las cosas estaban en orden y regresó a Haití,
escenario básico de sus problemas gubernamentales. Por otra parte Hérard
procedió a la reorganización de la guarnición concediendo un poder decisivo al
comandante militar, Desgrottes, y enviando hacia Haití a los regimientos 31 y
32 que eran las tropas de la capital compuestas por dominicanos,
sustituyéndolos por regimientos haitianos. A consecuencia de la nueva situación
varios de los principales líderes trinitarios tuvieron que abandonar el país,
entre ellos Duarte, y el resto tuvo que ocultarse o cayó en prisión. En general
el movimiento trinitario se vio desorganizado con la ofensiva de Hérard y éste
regresó confiado a Port-au-Prince.
No hay comentarios:
Publicar un comentario